Para el profesional de Ayurveda, es esencial comprender la naturaleza del paciente, la naturaleza de la enfermedad y la naturaleza del tratamiento. Solo con este conocimiento integral, un médico puede proporcionar el cuidado más efectivo. El objetivo del profesional es identificar las cualidades que han salido de equilibrio y diseñar un programa que restaure el equilibrio mediante la aplicación de cualidades opuestas.

Los remedios herbales se comprenden también en términos de sus cualidades. Por ejemplo, las sustancias nutritivas, como el regaliz, son pesadas, mientras que las sustancias que agotan, como el trébol rojo, son ligeras. Algunas hierbas, como el jengibre, generan calor en el cuerpo, mientras que otras, como el sello de oro, lo enfrían. El principio fundamental del tratamiento en Ayurveda es abordar la enfermedad con las cualidades opuestas a su naturaleza: las enfermedades frías se tratan con remedios cálidos, y las enfermedades pesadas con remedios ligeros.

Ayurveda describe al ser humano como un ser compuesto por cinco elementos, tres doshas (energías biológicas), siete dhatus (tejidos) y varios srotas (canales). Los cinco elementos—éter, aire, fuego, agua y tierra—son componentes fundamentales de toda la Naturaleza, y pueden interpretarse como espacio, movimiento, calor, fluidez y solidez, respectivamente. Los tres doshas, fuerzas biológicas que regulan las funciones del cuerpo, están compuestos por estos elementos y son conocidos como Vata, Pitta y Kapha.